Para poder reducir tu estrés, no sirve emprender alguna acción aislada, sin realizar cambios mas profundos en tu forma de hacer las cosas y de enfrentar el día a día. Muchas veces realizamos actividades para mejorar nuestra calidad de vida, pero no resulta un cambio duradero, y sentimos que nos vuelve a invadir el mismo estrés. Esto sucede porque no has descubierto aún los cambios necesarios para que te sientas mejor. Con el Mindfulness, tendrás estrategias para realizar cambios profundos, empezar a reducir progresivamente tu estrés y sentir un mayor bienestar, motivación y vitalidad.
El cambio empieza, en muchas ocasiones, por darse cuenta de aquellas acciones que repetimos, pero que boicotean nuestro bienestar y nos conducen a repetir lo mismo continuamente, sin poder avanzar, quitándonos la energía, motivación y alegría, que necesitamos para sentirnos más felices y creativos.
La aproximación al Mindfulness debe ser progresiva, con curiosidad, mente abierta, y disposición al cambio. Para empezar, te explicaré algunas estrategias que se aplican en el mindfulness, y que ayudan a reducir el estrés.
Para la rumiación
La rumiación es el hábito de dar vueltas con nuestros pensamientos a algo que nos afecta de alguna forman -ya sea una preocupación, algo que nos ha pasado y nos ha hecho sentir mal, o algo que tenemos miedo a que pase-. Y muy importante: le damos vueltas sin un objetivo, sencillamente porque estamos atrapados en el pensamiento. Es primordial actuar para parar la rumiación. Seguro que sabes algo sumamente importante: “DARLE VUELTAS NO SIRVE PARA NADA, SÓLO PARA SENTIRTE PEOR”. El primer paso fundamental es detectar el problema, darse cuenta y disponerse a actuar.
Realiza alguna práctica de Atención Plena diariamente
Enfoca tu atención hacia algo que esté sucediendo en el presente. Aunque sean 10 minutos realiza alguna práctica de Mindfulness o atención plena diariamente. En el apartado de recursos he dejado algún ejemplo. Si lo consigues, esta práctica se convertirá en una aliada para tu claridad en el trabajo, las relaciones, mejora de tu bienestar y además te acompañará para conseguir tus objetivos.¿Y sabes lo curioso de la práctica? Sin tu buscarlo te aportará beneficios que no esperas, e irá generando cambios en ti mismo y en tu vida cotidiana.
Utiliza la respiración para volver al presente. La respiración es una herramienta clave para gestionar el estrés y autorregularte. Si respiras conscientemente aplicando la atención plena darás el primer paso para volver al presente y poder empezar a gestionar tu estado anímico.
Profundiza en tu autoconocimiento
Una buena práctica del mindfulness hace hincapié en siete aspectos que ayudan en el autoconocimiento y así en la mejor gestión del estrés:
- No juzgar, consiste en tomar preferiblemente una posición de un testigo imparcial de la propia experiencia.
- Tener paciencia, entender y aceptar el hecho de que a veces las cosas se desarrollan en su propio tiempo.
- Adoptar la mente de principiante, una práctica de la atención plena debería facilitar la oportunidad de ver todo como si fuera por primera vez evitando prejuicios y trampas mentales.
- Confiar en uno mismo y tus sentimientos como parte integral de la práctica de la meditación.
- No luchar contra lo que no podemos cambiar. La meditación como no-acción. Permitir que las cosas sucedan
- Aceptar. A lo que resistes persiste, lo que aceptas se transforma.
- Dejar ir. Las cosas suceden en su tiempo, no hay que aferrarse.
Lidera tu vida
¿Qué significa liderar tu vida? Significa muchas cosas, entre ellas gestionar tus emociones de forma constructiva, para que las acciones que emprendas como respuesta a tus emociones estén alineadas con tus objetivos y tus valores. Todo esto es muy diferente a seguir reaccionando siempre igual a lo que nos afecta, porque si reaccionamos igual seguimos obteniendo la misma respuesta y nada cambia.
Revisa tus valores y sintoniza tus acciones y agenda
Haz una lista de tus valores actuales, con todo aquello que es importante para ti, tus objetivos actuales y elabora tu agenda diaria teniéndolos en cuenta en tus acciones diarias. Parte de nuestro malestar sucede porque no atendemos aquello que es vital para nosotros, sobretodo porque para empezar, no hemos dejado que tome el espacio que se merece en nuestro día a día.
Si empiezas a hacer aunque sea uno de estos cambios en tu vida diaria, te aseguro que tendrás resultados positivos, sólo con que empieces con uno y después puedes seguir con los demás…
¿Te apuntas?